A MobileMe le falta un hervor, o dos, o tres

No puedo estar más de acuerdo con Steve Jobs, MobileMe no está preparado, no está terminado y está muy lejos de tener la calidad de un producto de Apple.

Yo diría que el sucesor de .Mac solo está en fase beta, sin más, ni siquiera se le podría considerar una Release Candidate. Y por desgracia es una beta muy cara (79 €) y esto es una de las cosas que no son admisibles hoy en día.

En mi caso tengo tres maquinas, una en la oficina, otra en casa, un portátil y un iPhone, así que os podéis imaginar la importancia de la sincronización para mi, es más, es fundamental.

Hasta el momento de tener el ultimo teléfono de Apple, me las apañaba como podía mediante unas soluciones externas e internas que un día explicaré por aquí. Podía sincronizar todos mis calendarios perfectamente y regularmente exportaba mi Agenda. Soluciones caseras pero efectivas.

Con el iPhone todo cambió. Las posibilidades de tener gran parte de tu información concentrada en un dispositivo era algo que realmente me apetecía, además que no podía aplicar mis técnicas caseras ya que el iPhone está bastante cerrado (sic).

Bien, pues el otro día que me cogí una cuenta de pruebas de MobileMe, primeras conclusiones:

  1. No me gusta que me pidan mis datos bancarios para una evaluación de pruebas.
  2. Aunque mola mucho tener una dirección tipo @me.com, no la necesito.
  3. Me puedes dar 10 Gigas, 20 o 2000, no los quiero ni los necesito. Ya tengo el Leopard y discos duros externos que he tenido que comprar a regañadientes con el tema del Time Machine. (Aunque ahora no me arrepiento).
  4. No necesito conectarme remotamente a la web de Apple para ver mis Agendas o mis Contactos, para eso ya tengo el iPhone y el portátil.

En definitiva, solo pido una cosa y supongo que mucha gente también estará en la misma situación: quiero que la sincronización de mis Agendas de mis Contactos funcione -solo eso- y a poder ser en Push (tiempo real), para eso me vais a clavar 79 euros.

Steve, la gente no se puede permitir el lujo de perder los datos de un proveedor o de un cliente, así de sencillo.